- La primera sorpresa que nos llevamos nada más iniciarse Windows 11 fue la gestión de la memoria RAM.
- Moverse por el Explorador de archivos era una tortura. Una vez importados nuestros archivos tardaban un montón en abrirse. Decidimos aumentar la memoria de 16GB a 32GB y con el primer parche que lanzó Windows mejoró un poco.
- La segunda pega fue la gestión de la tarjeta gráfica una Radeon RX580 con 8GB de RAM GDDR5. Al intentar realizar cualquier prueba de estrés la pantalla se quedaba en negro y tenías que reiniciar el equipo.
- También sacaron un parche para intentar solucionarlo, pero con un éxito limitado. Ha mejorado algo con el software de AMD, pero no alcanza el rendimiento que tenía con Windows 10.
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